Trébede

martes, marzo 28, 2006

UNA DE LADRONES

La semana pasada hablaban mis tios de la cantidad de robos que hay en la zona en la que ellos viven. Contaban cómo los ladrones entraban en las casas incluso con los dueños dentro, de hecho lo vemos a diario en la televisión. Mi padre, comentó que ahora ya no está uno seguro ni en su propia casa y empezó a contar como robaron hace un montón de años, unos cuarenta, en casa de mis abuelos.
Era el día antes de la fiesta del pueblo, en esa época esperaban todo el año a que esa fecha llegase. Era la fiesta de la virgen, en septiembre y ya las faenas del campo habían terminado y la gente de los pueblos más pequeños venían a gastarse el dinero de la cosecha. La casa de mis abuelos se llenaba, estaban todos los primos de Cuevas, los tíos y claro, dormían como podían; unos en las camas y la mayoría en el suelo porque no se cabía.
Antes no era necesario cerrar las puertas en las casas y de hecho no se hacía, asi que aquella noche con tanto jaleo todo estaba abierto. Nadie sabe muy bien a qué hora entraron a robar pero fué de madrugada porque mi padre llegó tarde y todo estaba en orden. En una casa de gente humilde no había mucho que llevar , nada de nada; así que los ladrones se conformaron con los relojes "de vestir" del tio Andrés y de mi abuelo. Se llevaron también la camisa de los domingos que mi abuela había colocado en la silla de la habitación nada más plancharla para que mi abuelo se la pusiera para ir a misa. Y lo mejor de todo y lo más gracioso es que dejaron el salero de la cocina sobre la tripa de mi abuelo que dormía como un lirón. Ahora, tanto tiempo después me imagino ese salero subiendo y bajando al ritmo de la respiración y del sueño y me parto de risa. Además de imaginar la cara de mi abuela cuando despertó y vio el panorama. Han pasado un montón de años desde aquello y tanto ha cambiado la vida, que la gente, como dice mi padre, ya no tiene arte ni para ir a robar!!

2 Comments:

Blogger Ana said...

Je, je, no creas, escuché en la radio no hace mucho que pillaron a un ladrón porque se había dejado su curriculum en la cocina de la casa donde robaba, lo que ya no sé es qué estaba robando.

Gracias por tus palabras en mi blog, las escaleras -aunque sean de caracol- hay que subirlas.

11:19 p. m.  
Blogger Enrique Gallud Jardiel said...

Efectivamente, el ir a robar es un arte que se ha perdido. Ahora se estila más que seas tú el que vayas a que te roben (cuando vas al banco, a hacer la declaración de hacienda, etc.) Y es lo que yo digo, te podían seguir viniendo a robar a domicilio. Bueno, en el futuro nos robarán por internet (si no lo hacen ya) y nos ahorraremos el trayecto.

11:19 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home