Trébede

viernes, febrero 27, 2009

EL GRITO


La primera vez que escuché sus gritos fue hace un par de meses; salía de casa de Valen, el reloj marcaba las once y el silencio de la noche lo envolvía todo. Caminaba despacio cuando unos gritos me sobresaltaron.


Venían de la pequeña casa que hay al final de la calle, no me detuve, seguí caminando mientras escuchaba sus gritos:


- "Calla, calla". Gritaba él.

- Ahhhhh, respondía ella con un sonido que me hizo estremecer. Era el grito de una bruja; algo desgarrador y que me dio miedo.

- " Calla, que dios me perdone, pero calla"


Seguí mi camino hasta el coche sin poder quitarme de la cabeza aquellos gritos que me estremecían y me entristecían.


En esa casa viven dos ancianos, son hermanos y están enfermos; él casi no puede moverse y ella ha perdido totalmente la razón. Viven solos y por la desesperación de sus gritos y su discusión pensé que a pesar de la tristeza que pueda producir una residencia de ancianos a ellos les haría mucho bien. La soledad y el abandono, a ciertas edades solo nos conducen a la locura.


Al día siguiente comenté en casa lo que había escuchado y la pena que me dio.

Pasaron dos semanas y se volvió a repetir la escena, siempre a la misma hora y con la noche como testigo de sus gritos.


El fin de semana pasado fuimos a Galicia, y al volver encontré en la puerta de su casa la esquela en la que se anunciaba la muerte del anciano. Lo único que pude pensar es que sus gritos traspasaban las paredes de su casa como pidiendo ayuda y nadie los escuchó o si lo hicieron como yo, no supieron entenderlo.

3 Comments:

Blogger Fernando said...

uffff...un beso con dulzura.

10:06 a. m.  
Blogger Antona said...

Que triste llegar a viejo..
que seas feliz.Muchas gracias por tus palabras

bss

7:32 p. m.  
Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia.

Todos oímos esos gritos y casi todos optamos por hacer lo mismo: Pasar.
Es lo más fácil, lo más higiénico y seguramente lo más triste. Tal vez deberíamos sentarnos y repensarlo todo. Pero claro ni tenemos tiempo ni ganas.
Contarnos estos acontecimientos en esta nuestra casa es una prueba clara de tu valentía, tal vez sea el primer paso de un largo sendero por el que cambiar.
Gracias.

Salu2 Córneos.

4:05 p. m.  

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