Trébede

miércoles, febrero 27, 2008

EL GATO


Cada noche cuando llego a casa me encuentro por todo el barrio a un montón de gatos que arremolinados cerca de los contenedores se esconden cada vez que ven que un coche se acerca.

Ayer me llamó la atención un gato gris con los ojos verdes, era clavado al Nini, el gato que tenían mis abuelos en casa.


La historia del Nini es curiosa, hace un montón de años, cuando eramos unos niños, mi abuela encontró una tarde a un gato dando vueltas cerca de su casa. Era un gato adulto, de pelo gris oscuro con mechones casi negros y con los ojos de un verde profundo y brillante.

Mi abuela no era muy amiga de tener animales en casa, pero vio al gato y se acercó con un poco de comida. El animal no se asustó, comió tranquilo y volvió al día siguiente.


La ceremonia se fue repitiendo hasta que el Nini entró en casa y se quedó. A mi nunca me han gustado los gatos pero este era especial, muy cariñoso y no daba ni una guerra. Durante el día se iba por ahí de escapada y volvía por la tarde, a la hora de comer.

Mi abuela, una vez que recogía la cocina se sentaba en el sofá en la glorieta y allí dormía la siesta, repetía el ritual cada día y nuestro Nini también se aficiono la siesta. Es más se tumbaba en el regazo de mi abuela y con su pata acariciaba la cara de mi abuela muy muy despacio hasta que también se dormía.

Para toda la familia era un show verlos a los dos así y la pena es que no conservemos ninguna foto de aquello. Eso sí, el Nini no acariciaba a nadie más, dormía en el sofá mientras los demás estábamos sentados pero nunca de la misma forma.


Vivió varios años con nosotros y fue una compañía perfecta para toda la familia. Un buen día, por la mañana salió a dar su paseo y nunca más volvimos a saber de él. Mi abuela lo esperaba cada tarde y le buscamos por todas partes, pero nunca supimos más de él. Preguntamos a mis abuelos si el Nini estaría muerto, pero ellos respondieron que no," ¿con lo listo que es?" dijo mi abuela "imposible". Desde entonces cuando veo un gato gris me vuelvo pensando en el Nini...

4 Comments:

Blogger Javier López Clemente said...

Cruzo los dedos para que el recuerdo de Nini me ayude a mirar a los gatos de, de, de, de otra manera.

Salu2 Córneos.

8:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hasta yo hecho de menos a Nini después de tu historia. MI novia también quiere un gato, desde pequeña que ha querido tener uno, peor sus padres no la dejaban. Tendré que ceder.
Saludos

1:27 p. m.  
Blogger Glory said...

A mi me regalaron un gatito cuando tenia solo 5 años, y vivio conmigo hasta este verano. 17 años vivio con nosotros. No era una mascota, era alguien mas... Y se le echa de menos como tal... Hay gente que no lo entiende, y hay quien odia a los gatos...

Ellos se lo pierden. Son seres especiales.

Besos

6:27 p. m.  
Blogger BIRA said...

Qué historia más chula, y qué inteligente tu Abuela!! Sabe que son más listos que el hambre y que estará bien... al menos somos más felices si pensamos que ellos están bien, aunque no sea con nosotros.

Una pena penita pena que no te gusten los gatos, claro que los hay bien ariscos pero hay otros que son un amor. Después de la experiencia siguen sin gustarte ni siquiera un poquito?

Saludos!

5:08 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home