Trébede

martes, abril 11, 2006

UN ESCALOFRIO

Pasó hace unos cuantos años, bueno en realidad hace bastantes, tenía yo diecisiete por aquel entonces. Las tardes después del instituto las ocupaba estudiando música, siempre me gustó y me resultaba entretenido aprender. Tocaba el piano, quise tocar el violín, pero en un pueblo como el mío no había muchas oportunidades, no había profesor.
Daba igual, a mí me gustaba, esas horas pasaban volando y cada día me esforzaba un poco más, lo dejé sin motivo, pero sé que algún día volveré a tocar. Como he dicho antes, tenía diecisiete años y cada tarde me acercaba hasta la biblioteca para tocar un rato.

Una tarde cuando llegué a la sala donde practicaba cada día, vi que el piano no estaba allí, lo tenían en el salón de actos. Nunca fuí capaz de tocar en público por mis miedos y mi inseguridad; subir a un escenario aún estando la sala vacía me costaba un triunfo. Aquel día, toqué durante un buen rato y de espaldas al patio de butacas sentía una brisa en mi cuello, pensé que era una corriente de aire y no presté más atención.

Tocaba una de mis canciones preferidas y también la más dificil para mí, al acabar la pieza escuché a mi espalda una voz de hombre "Sigue,no pares, me ha gustado mucho". Volví la mirada muerta de miedo y ví una figura joven que me saludaba desde el final de la sala, no distinguí su cara, solo su voz y una mano que se alzaba para saludar. "Sigue" me dijo de nuevo.
Seguí tocando, esta vez nerviosa y sintiendo en mi cuello ese escalofrío que me hacía estremecer y que yo achaqué a mi angustia.
Acabé la canción y me volví para hablar con él, pero ya no había nadie en la sala. Estaba inquieta, no me sentía cómoda, así que recogí mis cosas y dejé la clase para el día siguiente.

Al bajar del escenario y salir de la habitación, en la sala de exposiciones que hay al lado, leí en un cartel "Exposición de pintura de Kake de Miguel" y ponía una fecha próxima. Entendí entonces, que mi admirador de aquella tarde era él. Pensé que era una buena oportunidad para conocerle y ver sus cuadros, así que no faltaría y devolvería la visita.

Justo al día siguiente, al llegar a casa, abrí el periódico y me quedé paralizada al leer "Muere en la tarde de ayer en accidente de tráfico el artista local Kake de Miguel".
Sé que fue una casualidad, pero desde entonces no volví a ensayar en esa sala y tampoco he vuelto a sentir ese escalofrío en mi espalda...

4 Comments:

Blogger Javier López Clemente said...

Los mejores homenajes son los que se dan sin motivo aparente. Kake de Miguel se llevó tu música como un regalo. Yo estaría contento.

12:47 p. m.  
Blogger Ana said...

¿Puedo saber qué melodía tocabas al piano?

2:52 p. m.  
Blogger Gubia said...

Gracias Javi por el enlace, su obra empezaba a ser conocida, aunque era de aqui al lado yo no llegué a conocerle.Abrazos!!
Ana, tocaba una canción del albúm para la juventud de Schuman,una fuga. Un abrazo!!

12:01 a. m.  
Blogger Enrique Gallud Jardiel said...

Una historia muy hábil, con un acertado punto de giro, pues al principio parecía que iba a ser una historia de amor al uso y luego nos sorprende agradablemente. Me ha gustado.

6:36 a. m.  

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