Trébede

sábado, mayo 27, 2006

TRALARALARITA

Llevo una semana trabajando y ya estoy quemada, prometí tomarmelo todo con calma y no agobiarme, y menos en los primeros días. Pero me harta la gente y la falta de educación que gastan.
Sábado por la mañana, me levanto con el ánimo subido y me voy a trabajar cantando como la ratita presumida en el cuento "tralaralarita salgo de mi casita", "tralaralarita, la mañana pasará rapidita". Y claro, los cánticos se acabaron en cuanto llego al trabajo.
Allí me esperan dos elementos, de estos impresentables que vienen de alguna ciudad a pasar el fin de semana al pueblo, esos a los que sus mujeres largan de la cama a primera hora de la mañana para que molesten en otro sitio.
- ¡ Ya es hora, estamos esperando desde hace un rato!
Sonrío, cuento hasta diez y digo:
- Buenos días, los sábados abrimos a las nueve y media, y aún no son.
Se miran pensando que soy lo más guay que han visto desde hace tiempo y entran conmigo. Protestan por el tiempo que tarda la persiana en abrir (y es eléctrica), protestan por el ruido de la impresora y protestan porque el almacén para cargar su compra está al otro lado de la calle.
Pasamos el resto de la mañana bastante bien, sin mucho lío y yo encantada porque estoy sola y no me gusta que la gente tenga que esperar colas.
Atiendo a dos chicas y entra un chico, da los buenos días y espera mientras acabamos; en este momento, entra una señora, de unos sesenta años, vestida con su mejor modelo "casa de pueblo". Sus bermudas verdes, su camiseta de algodón blanca anunciando sus inviernos en Benidorm, chanclas y acento del norte (me ahorro decir el lugar para no herir sensibilidades).
Ella tan maja, no da los buenos días ¿para qué? adelanta posiciones, empuja a las chicas que están comprando y dice:
- Quería...
No dejo que continúe, pongo mi mirada asesina y la mejor de mis sonrisas y digo:
- Buenos días, un momento ¿vale? . Mientras señalo a la gente que está esperando.
Cuando pasa la tormenta, llega otro que protesta porque no abrimos los sábados por la tarde. Y por si hay poco guerrero suelto por ahí, aparece un señor que me dice que tiene muchisima prisa y que acaba de salir del bar de al lado, donde ha pasado toda la mañana leyendo el marca.
Suma y sigue y la mañana a punto de acabar. Hoy volveré a casa cantando "tralaralarita, vaya mañanita".

4 Comments:

Blogger Ana said...

Plus de "aguante", ¿te lo pagan?

1:06 p. m.  
Blogger Javier López Clemente said...

Vale, vale pero... ¿y mi pedido dónde esta? :-)

5:16 a. m.  
Blogger Gubia said...

No Ana, no me lo pagan..aunque deberían.
El pedido de Javi está en camino, en veinte días, seguro que lo tengo aquí. Porque,no era urgente ¿verdad?..jaja.

11:21 p. m.  
Blogger Zebedeo said...

Me quejo porque ha atendido antes a ese señor de ahí que sólo lleva quejándose 10 minutos cuando yo ya llevo media hora dándole el coñazo, aquí no se queja nadie más que yo ¡faltaría más! que falta de respeto. Ya no se puede quejar uno como antes, a veces ni siquiera se cabrean con uno ¡que juventud!. Presentaré una protesta al ministerio de Cultura.

6:28 p. m.  

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