Trébede

jueves, septiembre 21, 2006

SALAMANCA

El pasado fin de semana fué uno de los mejores, no hice nada especial pero salí de la rutina de estar aquí y aprovechando que libraba el sábado y el lunes era festivo aquí, pues nos fuimos por ahí.

La idea fue mía y yo me encargué más o menos de organizar todo. Era nuestro primer fin de semana solos los dos lejos de casa. No el primero juntos, pero si el primero tranquilos, sin horarios, sin prisas y sin dar explicaciones. Así que era bastante especial.

Como es normal en mí, el primer pensamiento fué para el mar, quería ir a Santander o perderme en alguna playa del norte. El tiempo no acompañaba así que cambié por una opción más segura, Salamanca. Yo lo conocía pero es una ciudad que no me canso de ver y que me gusta mucho.

Llegamos el viernes a una casa rural muy guapa a dos kilómetros de Salamanca, encontrar hotel en el ciudad era complicado porque estaban en fiestas y solo quedaban los hoteles más caros. La casa era bastante mona, de esas que alquilan por habitaciones y en la decoración mezclaba la piedra con el cristal y la madera y todo era acogedor.

Hay mucho buenos momentos de ese fin de semana que sé que no olvidaré y Valen tampoco lo hará. Las camas eran dos pequeñas y separadas, con la dosis de incomodidad para nosotros dos, cuando estabas tan tranquilo en la cama, si intentaba abrazar a Valen, me escurría por el hueco que separaba los colchones. La habitación era la última y el techo disminuía en alguna zona; nuestras cabezas corrían peligro de vez en cuando. Pero lo mejor de todo llego a la hora del desayuno; nos pusieron de todo, nos trataron como reyes y no hay nada que pague el momento de desayunar en una terracita llena de cristales, los dos solos mientras el sol empezaba a calentar con fuerza.
Nada puede pagar tampoco los paseos por Salamanca,las calles llenas de historia, las risas, los abrazos, la comida en una terraza cerca de la plaza. La cena en las casetas de la fería de la calle Portugal y las copas en esos bares que parecen viejos castillos.
Un fin de semana para no olvidar y para repetir. Ahora Valen me pregunta cuándo volveremos a organizar otra escapada, espero que sea pronto.

5 Comments:

Blogger Escritor en el Tejado said...

¡Qué suerte... y qué envidia! Tengo muchas ganas de conocer Salamanca. Por cierto, que ya estaba preocupado, últimamente tu blog no cargaba. Me alegro de que sigas entre nosotros. ¡Que te vaya bien bonito!

11:48 p. m.  
Blogger Zebedeo said...

Me encanta Salamanca, su ambiente diurno y nocturno. Es de las ciudades más bonitas de España, no importa cuantas veces hayas ido, siempre te sorprende.

Me alegro que lo hays pasado tan bien.

1:33 p. m.  
Blogger Javier López Clemente said...

Ya veo que ha podido rescatar la bitácora, ¡me alegro!

Salamanca... una ciudad que me hipnotizó. Me gustaba pasear de noche por sus calles desiertas, recién mojadas por la lluvia y bañadas en un hálito amarillo de luz eléctrica que parecía medieval.

2:22 p. m.  
Blogger Ana said...

La primera y única vez (de momento) que estuve en Salamanca, también estaban de fiestas y actuaba Miguel Bosé en la plaza mayor (por eso fuí). Si Gubia, soy feliz, mucho, también me alegra que tú lo seas y espero que disfrutéis de mil y una escapadas más (por lo menos). Un beso.

9:54 p. m.  
Blogger J77 said...

Me gusta mucho Salamanca a mi... Y me alegro de que lo pasases bien, los viajes merecen más la pena si se hacen en buena compañia.

7:48 a. m.  

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