UN RAYO DE SOL
El otoño, o un anuncio de su próxima llegada se ha colado en nuestra vida en pleno mes de agosto. Hace frío, llueve y el viento del norte nos recuerda que queda poco verano por disfrutar.
No me gusta nada el otoño, me cuesta adaptarme al cambio y este simulacro de estos días me gusta aún menos.
Como todas las tardes después de comer hemos ido a tomar un café juntos, unos minutos para vernos antes de volver a trabajar, pero lo suficiente para encarar la tarde con alegría.
No sé por qué, pero ahora mismo mientras veo las nubes grises moverse de un lado a otro sobre los tejados, empujadas por este viento frío, recuerdo sus palabras hace unos días, mientras compartiamos nuestro café en una terraza: "¿Sabes?, este es el lugar donde más luz hay, no he visto el sol lucir como aquí, ni tan siquiera en el sur. Todo se llena de luz y hasta a mis ojos les cuesta acostumbrarse", me dijo mientras sonreía.
Espero que vuelvan los días de sol, aún queda verano por delante y espero también escuchar como me repite que nunca vivió en un sitio con tanta luz y con tanta intensidad, porque eso me hace sentir bien.
Mientras pasa el temporal, comparto su risa y todo lo demás, no puedo pedir más o quizás si...un rallito de sol.