Trébede

miércoles, julio 19, 2006

SOÑAR

Si despierto de un sueño y descubro que era una pesadilla, entonces renegaré de todo lo que he vivido en esa ilusión. Si despierto de esta ilusión y descubro que es un sueño, no sé qué voy a hacer.
Vivo, disfruto, siento y hablo como no creí que lo hiciera nunca, no me reconozco en mis gestos, en mis palabras...he cambiado en estos pocos días, tanto que me asusto.
Sé que los sueños son así, ilusiones, realidades a medias y vivencias que flotan en el aire rodeadas de algo mágico que las envuelve y que te envuelve.
No quiero despertarme y liberarme de toda esta alegría, de la pasión, de las locuras a escondidas y de todo el ir y venir de sentimientos que hay dentro de mí. Quiero vivir así, en una ensoñación constante; no quiero despertarme, sé que no voy a despertarme....

viernes, julio 14, 2006

MIENTRAS ANOCHECE

El atardecer, esa es la hora mágica para casi todo; el cuerpo se relaja después del trabajo y necesita que lo cuides, que animes el ritmo sin que él se de cuenta, despacio; muy suave para aguantar hasta la hora de la cena cuando de verdad nos relajamos.
Para mi, siempre ha sido una buena hora, el momento en el que el día se pierde en el horizonte y tú sientes la necesidad de continuar, de encarar la entrada de la noche con nuevas fuerzas.

Cuando el sol comienza a esconderse, es entonces cuando salimos a caminar, cambiamos la rutina de la cañitas pre-cena por un buen rato de paseo. Hemos ganado con el cambio; por lo menos a mi me lo parece.

Nos dejamos arrastrar por la llamada del Canal de Castilla y así, a su orilla caminamos, hablamos, reimos y recibimos el avituallamiento de besos que nos corresponde a cada uno. Nos rodea el agua, el verdor de la orilla y el amarillo intenso de la tierra de campos que nos abraza.

He cambiado de camino, sé que las piedras de mi camino amigo me echan de menos , no las oigo susurrar mi nombre, pero están ahí esperando a que cualquier día vuelvan mis huellas a su tierra, volveré y esta vez hablaremos y reiremos juntas. El reloj blando que me acompaña marca el compás de nuestros pasos a buen ritmo, como una canción que se repite en el aire acunada por el batir de las ramas de los árboles.

La Presa del Rey espera nuestro regreso al anochecer, sentados en un viejo banco de madera nos regalamos sonrisas, alguna caricia y contemplamos la luz de una tormenta de verano que brilla a lo lejos

martes, julio 11, 2006

EN TENSION

Hoy es uno de esos días en los que la gota que colma el vaso te supera y plass estallas con toda la presión que llevas dentro.
Quería escribir y contar como han sido estos últimos días, tan llenos de cosas buenas, mejor dicho de cosas importantes. Llenas de esencias y de momentos que no quiero olvidar y de circunstancias que quedan grabadas dentro y que cuando rebobinas la cinta que recorre tu cabeza siempre están ahí; tal cual, enteritas y llenas de matices para recordar con buen sabor de boca.
Contar como disfruté de una conversación, de las canciones que acompañaron mi viaje de fin de semana o de cómo el recuerdo de un primer beso y una caricia te persigue mientras piensas si esa caricia te esperará al regreso de tu viaje, para darte cuenta de que sí, que está ahí a tu lado esperando cuando vuelves de nuevo a casa.
Quería compartir eso y mucho más, pero no puedo, alguien se encargó de encenderme esta mañana y aún estoy cabreada, no aguanto que me griten; me desespera y hace que la tensión me tenga todo el día agobiada. Pero como una no puede esperar de los demás que le hablen con calma y tranquilidad, pues pasa lo que pasa. Espero que se me pase con unas cuantas horas de sueño y me relaje un poco, creo que me hace falta...

viernes, julio 07, 2006

TODO GIRA

Estoy contenta, tanto que no sé muy bien si esto es normal porque ya sabemos que todo lo que sube acaba bajando y yo cuando bajo voy siempre en picado. Me siento viva, con ganas de hacer cosas, de hecho no paro de hacerlas. No echo de menos dormir más, y eso si que es raro para una marmota como yo, no me hace falta, descanso lo suficiente y me siento tan bien que no quiero parar.

Cuando voy conduciendo descubro mi sonrisa en el retrovisor del coche no puedo dejar de cantar y hasta de bailar a la mínima ocasión.

Llega el fin de semana y estoy llena de cosas por hacer, iré por fín a Asturias y así cambiaré de aires para seguir con este torrente de energía que me hace estar como un saltimbanqui.

Me queda todavía la dificil asignatura de escucharme un poco más, de descubrir qué es lo que hay dentro de mí. Pero eso tendrá que esperar, es pronto o por lo menos ahora no es el momento.

Las manecillas de ese reloj blando que aparece en mis sueños van cada vez más y más rápido y lo mejor de todo es que yo aprovecho todos sus movimientos sin dejar que nada se escape y mientras tanto, todo sigue girando.

lunes, julio 03, 2006

CUALQUIER NOCHE

Estoy sentada frente al teclado, escribiendo un montón de cosas que no publicaré porque no me gustan.
Ahora mismo no quiero estar aqui, pero tampoco sé si debo estar en algún otro lado, me apetece salir a la calle, conducir hasta un sitio lejano, cerca del río.
Ir a un lugar donde no me molesten y sentarme en el suelo, sobre la tierra o en la hierba y mirar el cielo de esta noche de verano, lleno de estrellas; escuchar como las ranas se van llamando unas a otras y así sin que nada rompa este momento, quedarme sentada o tumbada sobre la vieja manta que llevo en el coche, acurrucarme y sentir el aire del norte que va refrescando.

Quiero estar allí, en medio de la noche, y no lo hago. Una vez más se quedan los deseos encerrados en una idea que no llevaré a cabo. Sé que este verano, cualquier noche, pasaré un buen rato mirando al cielo estrellado en silencio, sin nada que rompa ese momento y contenta por haberlo hecho, correré hasta aquí para contarlo.

sábado, julio 01, 2006

"GRI GRI"

Acabo de subir la escalera, es hora de irse a dormir después de un día largo de trabajo y mañana tengo que volver. Al subir escuchaba como los grillos cantaban con toda su fuerza, hace una noche muy buena y cada día los oigo al otro lado de la puerta.

No me doy cuenta pero están ahí, y es curioso, han estado ahí siempre. Si, en mi casa siempre hemos tenido grillos. A mi hermano le volvían loco y cuando eramos pequeños, en primavera, las ventanas de la casa vieja se llenaban de grilleras. Salía del colegio y se iba con su botella de agua y su pajita a coger grillos, tenía una habilidad prodigiosa para hacerlo y su canto le volvía loco, así que en mi casa no faltaba banda sonora cada mes de mayo.

Recuerdo que teníamos muchos y pasaban los días y las noches cantando, así que los grillos de Alvaro eran famosos en el barrio y si no los oían, los vecinos preguntaban a mi madre por ellos. Los guardábamos en grilleras y si eran muchos, mi hermano los metía en cajas de galletas, esas cajas rojas de "maría" fontaneda.
Todos los años, Alvaro se iba unos días a casa de mis tíos a Bilbao, allí pasaba unas semanas con mis primo y claro, él llevaba en su grillera a uno de sus amigos. La revolución que se montaba en el bloque de mi tía cuando aparecía mi hermano con la banda sonora del pueblo era grande. Aunque los vecinos lo recibían con alegría y aguantaban esos días recordando el pueblo del que la mayoría se había ido para buscar un futuro mejor en aquella ciudad.
El resto de los grillos, se quedaban a mi cuidado. Eso era un peligro, pero mi hermano siempre corría el riesgo. Yo tenía que limpiarlos y cada día estar pendiente de que recibieran su dosis de lechuga correspondiente. Siempre o casi siempre lo hice porque esta noche recordaba al subir las escaleras que un año, olvidé dar de comer a los grillos durante unos días y cuando quise recordar estaban todos cantando en el otro mundo.
Cuando mi hermano regresó y me pidió explicaciones, dije que se habían escapado porque la caja se cayó de la ventana a la calle y se abrió al caer. No sé si se creyó algo de todo aquello pero si le cuento que murieron de hambre el disgusto hubiera sido grande, así evité daños mayores.

Una vez Elena contó como su papá iba con ella al parque y cogían grillos, por lo visto el cariño hacia ellos no ha cambiado con los años y ahora ella disfrutará de su "grigri" con la misma suerte que lo hicimos nosotros cuando eramos pequeños.